domingo, 18 de diciembre de 2016

Navidades clásicas...¿En qué gastarás tu dinero?



Las mesas del último mes del año suelen ser muy predecibles y poco sorprendentes. Todos sabemos, de forma general, con qué la vamos a llenar, es decir, qué vamos a comer. Por estas fechas habrá un 32% más de carne que de costumbre, un 40% de marisco y el doble de vino, además de alcohol de alta graduación, mientras que en nuestros árboles la decoración es muy parecida a la del año anterior.

Los productos nombrados anteriormente son los que siempre se consumen por estas fechas, aunque cada año la tradicional cesta navideña admite algunas variaciones. Según datos de la consultora Nielsen, en estas semanas gastaremos alrededor de 1.682 millones de euros, un 4,5% más que en los años de crisis. De hecho, este será el año de mayor gasto desde que estalló la debacle y ya el año pasado desembolsamos cuatro veces más que en los años malos.
En Navidad compramos menos a través de Internet que de costumbre. Si normalmente el consumidor español (ya es más adverso que otros europeos a acudir a la compra online, en estos días de cenas y almuerzos familiares prefiere no arriesgar y opta por ver personalmente los productos con los que luego va a agasajar a los invitados. De hecho, si la cuota de mercado online en las grandes superficies es de sólo el 0,7%, en estas fechas se reduce al 0,3%. «Tendemos a ser conservadores. El consumidor español aún necesita ver el producto y sentirlo. Si en términos generales nos gusta ir a hacer la compra, en Navidad, que es cuando nos preocupamos más por lo que adquirimos, esta experiencia adquiere mayor importancia », señala Ignacio Biedma, experto en distribución de Nielsen.
¿Qué cenarás? El 11,6% del gasto de la cesta navideña lo acaparan las bebidas alcohólicas de alta graduación, según los cálculos de la consultora. Este es, tras los dulces típicos de estas fechas (turrones, mazapanes...), el artículo con más peso en nuestra despensa, en parte por el precio. «Al ser productos caros, su peso es mayor en el desembolso global», explica Biedma. Le siguen los vinos, que acaparan el 10% del carrito, y los pescados congelados (otro 10%). Después hay fruta, bombones, vinos espumosos, carne, gambas, merluza y ahumados.
Comidas navideñas

"El español es tradicional, no arriesga mucho a la hora de elaborar sus menú".
Según este artículo, podemos observar como, a lo largo del tiempo, las costumbres navideñas han sufrido escasas transformaciones.
Como sabemos (bien porque nos lo hayan contado amigos o familiares mayores o bien porque nosotros mismos lo hayamos vivido), en décadas anteriores la navidad era el período del año en la que más dinero se desembolsaba. Aunque no del mismo modo en que ahora despilfarramos a la llegada de esta época, antiguamente las familias también gastaban sus ahorros en las cenas navideñas y los regalos de reyes.
Consumismo en Navidad
Pero, ¿por qué la Navidad se ha convertido en un consumismo incesante?
Actualmente, y cada vez más, las personas no realizan las compras navideñas que realmente quisieran, sino que, la mayoría de ellas, lo hacen para impresionar a sus familias,amigos, etc.
Además, los niños también quieren cada vez más, exigiendo cada vez productos más caros. A esto hay que añadir las excepcionales campañas de navidad en cuanto a juguetes se refiere; hacen los juguetes tan atractivos que provocan en los más pequeños un deseo inmoderado de estos. Esta situación provoca, a su vez, que muchas familias despilfarren el dinero en juguetes para sus sucesores, aún sin tener el poder adquisitivo necesario para ello; sin embargo, "sólo quieren ver felices a sus hijos". Este es el grave error de la sociedad actual. Vivimos y basamos nuestra existencia en el materialismo, sólo pensamos en qué productos queremos poseer para así incrementar nuestra felicidad.
En consecuencia a este materialismo permanente y al excesivo consumismo en el que nos centramos cuando llega esta época, se nos escapa la esencia de este maravilloso tiempo; no vemos lo felices que haríamos a nuestros pequeños si, en lugar de perder el
Juguemos a ser felices
tiempo comprando regalos que finalmente echarán a un lado, lo pasáramos jugando junto a ellos, o si en lugar de intentar impresionar a los demás con nuestra mesa de navidad, valoráramos a aquellos que se sientan junto a nosotros en esta mesa, en una fecha tan especial como el fin de un año y el comienzo de otro.
La felicidad no se basa en el consumo (aunque sea esto lo que quieren hacernos ver), sino en ser nosotros mismos y disfrutar con las personas que nos rodean día a día.
Felicidad sin consumismo excesivo

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