sábado, 31 de diciembre de 2016

El coltán. Sangre detrás de nuestros móviles.

Hoy os vengo a hablar de un asunto que aunque parezca muy lejano o que no tenga relación alguna con nosotros, lo tenemos más cerca de lo que creemos. Se trata de las minas de coltán del este del éste Congo. El coltán es un mineral con el que nos cruzamos necesariamente todos los días, incluso diría que lo tenemos cerca en todo momento. Pues este se encuentra en los teléfonos móviles y en otros aparatos tecnológicos ya que es esencial para su fabricación. Si no fuera por él, no tendríamos hoy día las comodidades que los teléfonos móviles nos facilitan. Con ellos podemos comunicarnos con personas a miles de kilómetros incluso en la otra punta del mundo, también lo utilizamos para usar las redes sociales y para informarnos de las ultimas noticias que acaecen en el mundo.

¿Pero a qué precio? Resulta curioso ver cómo podemos usar nuestros móviles para comunicarnos con el mundo, pero rara vez conectamos de verdad con la realidad, y seguimos usando nuestros móviles sin saber literal y metafóricamente lo que hay detrás de ellos, las consecuencias de nuestro continuo uso de móviles. Y aunque esta injusticia no sea culpa nuestra directamente, sino de aquellos que se benefician de su comercio, o más bien de aquellos que recurren a la explotación de personas inocentes, adultos y mayores y niños, deberíamos siquiera ser conscientes de esta penosa situación. Por eso os dejo este post, para que sea hoy motivo de reflexión, o quizá sólo para que este tema no pase desapercibido, para alzar la voz en nombre de aquellos que no pueden, o no han podido y no podrán.

La extracción de este mineral tan codiciado provocó, allá por 1997 un conflicto interno en el país que ha perdurado hasta nuestros días.  El ejército ruandés, con el pretexto de proteger a la población tutsi del Congo, invadió el país, pero su verdadero objetivo era el control de los grandes yacimientos minerales que posee la zona y principalmente de Coltán, que despertó la codicia de los países vecinos como RuandaUganda y Burundi. Se disputan el control de las minas para beneficio propio creando así una guerra que se ha cobrado más de cuatro millones de vidas, y que ha llegado a alcanzar una cifra de mil asesinatos al día, violaciones y abusos  que han pasado desapercibidos frente a los ojos cerrados de los países occidentales. 

Por no hablar de las hambrunas que han existido y existen en muchas regiones del Congo que a demás soporta una deuda interna casi insostenible. Por si fuera poco, es uno de los países más ricos, siendo la Cuenca del rio Congo la segunda selva más importante de la tierra, y la cual está sufriendo una importante pérdida de biodiversidad.
Hoy día el control sobre estos territorios lo ejercen principalmente dos países, en primer lugar Ruanda que tiene ocupada la región de Kivu, junto con Uganda que controla a su vez parte del noroeste congoleño. El dinero que se obtiene de la venta del mineral se destina a las guerrillas, lo que lleva a un penoso círculo vicioso. Tanto Ruanda como Uganda han establecido alianzas comerciales de carácter estratégico y militar con las principales economías de occidente para traficar con los minerales.

En 2001 la ONU propuso una solución para acabar con la situación de guerra, la declaración de un embargo en la zona tanto de armas como de las importaciones y exportaciones de oro, diamante y coltán sobre los países invasores. De la misma forma, proponían sancionar tanto a los países como a las empresas que incumplieran con el embargo. También aconsejaba una congelación de los activos financieros de los movimientos rebeldes (aliados de los países invasores) y sus líderes y que se estableciera un proceso de certificación de origen del diamante, oro y coltán. Pero este intento fue muy poco efectivo, y en el Consejo de Seguridad no se llegó a ningún acuerdo para adoptar otras más influyentes. Más bien al contrario, hoy día
en occidente, existe un complejo entramado empresarial convenientemente diseñado para el reparto del botín. Los principales integrantes del complot, aunque no los únicos, Estados Unidos, Bélgica, Alemania y Kazajistán y las algunas conflicto, sustentado igualmente por el comercio ilegal de diamantes en las zonas del país controladas por el Gobierno.
No son pocas las empresas que se nutren de las variadas derivaciones del coltán: Alcatel, Compaq, Ericson, HP, Motorola, Nokia, Siemensa las que habría que sumar otras muchas empresas importantes.
La ambición por el dominio del mercado de coltán ha dividido también a la propia sociedad congoleña. Ninguna de las dos partes de la guerrilla está dispuesta a ceder ni un solo centímetro de terreno. Por ejemplo,Somigl entrega al movimiento rebelde RCD (Reagrupación Congoleña para la Democracia) diez dólares por cada kilo de coltan, y lo revende a 300 dólares o más en Londres
Uno de sus mejores clientes es la compañía alemana Starck (subsidiaria del monopolio químico-farmacéutico Bayer), que produce el 50% del tántalo en polvo del mundo. Pero además es éste un espacio plagado de contrabandistas, porque la mayor cantidad del coltán sale de África de contrabando, aunque sus ganancias no vuelven como beneficio para el pueblo africano, sino en armas para los grupos rebeldes, que mantienen enmascarada la situación de inestabilidad en la región.


Para concluir este post os voy a dejar aquí un vídeo documental que cuenta un poco la situación del Congo con respecto a estas injustas guerras, y que os puedo asegurar no dejará indiferente a nadie.  

Otros vídeos que he visto interesantes relacionados son: Diamantes de sangre, Ruanda, horror sin fin, y El imperio de las esmeraldas.

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