martes, 10 de enero de 2017

Cuba exporta un producto a Estados Unidos después de cincuenta años de embargo


Medio siglo después de que se rompieran las relaciones comerciales entre los dos países, Cuba exportará en enero un producto propio a Estados Unidos. Una empresa americana ha comprado 40 toneladas de carbón vegetal a una cooperativa cubana.

Aunque el embargo comercial a los negocios con Cuba permanece, una medida ejecutiva del presidente Barack Obama posterior al deshielo diplomático iniciado en 2014 permite que particulares y cooperativas cubanos –pero no el Estado– exporten sus productos a Estados Unidos.
La cooperativa venderá el carbón a un empacador local y este se lo venderá a la agencia estatal CubanExport para mandarlo a su destino. Se espera que también se empiecen a exportar miel y café cubanos a Estados Unidos.

Imagen original
El carbón vegetal se hace en hornos artesanales con madera de marabú, un arbusto duro y espinoso que ha invadido el campo cubano, dañando su riqueza.

Cuba vende entre 40.000 y 80.000 toneladas anuales de este carbón a media docena de países. La empresa americana que ha comprado la partida es propiedad de Scott Gilbert, el abogado que llevó el caso del contratista Alan Gross cuando estuvo preso en Cuba bajo la acusación de espionaje.

El envío llegará a Estados Unidos el 18 de enero, dos días antes de que Donald Trump asuma la presidencia. Será el último hito simbólico, pese a lo modesto de la transacción, del proceso de acercamiento entre Cuba y Estados Unidos impulsado por el presidente saliente Obama. Es una incógnita si Trump apoyará la expansión de las relaciones comerciales, pues durante su campaña se mostró muy crítico con el enfoque conciliador de su antecesor.

Para Cuba, hacer negocios con Estados Unidos es urgente. Su mayor aliado, Venezuela, se encuentra en una crisis profunda que ha arrastrado a la economía cubana a una recesión del 0,9% en 2016 de la que no se ve otra salida que la atracción de inversión extranjera. El presidente Raúl Castro afirmó en diciembre: “Es preciso superar la mentalidad obsoleta llena de prejuicios contra la inversión foránea”. Este contrato de venta de carbón es un ejemplo de las trabas internas en Cuba a los negocios con Estados Unidos. Según la prensa oficial cubana el acuerdo, por una venta que no supera los 17.000 dólares, se firmó “tras un largo tiempo de negociación”.

Las contradicciones atenazan la apertura comercial que preconiza Castro. En abril de 2016, por ejemplo, se anunció que un empresario cubanoamericano instalaría una planta de ensamblaje de tractores en el nuevo Puerto de Mariel, la zona franca llamada a ser un polo de desarrollo en Cuba. Meses después el Gobierno dio marcha atrás y rechazó su solicitud. Se calcula que la isla necesita al menos 2.500 millones de inversión extranjera anual, pero para 2017 el Ministerio de Economía ha anunciado que la participación de compañías extranjeras “continuará siendo muy baja”.

¿Por qué Europa conquistó el mundo? Philip T. Hoffman



¿Por qué Europa conquistó el mundo? Esa es la pregunta que nos
plantea el profesor Philip T. Hoffman.
Puede que no sea una pregunta que nos hagamos todos los días.

Pero a mí sí me pareció un motivo interesante de reflexión por ello me gustaría compartirlo con vosotros. Aunque no necesitemos responderla para vivir el día a día, quizá si la necesitemos para entender cómo funciona el mundo en la actualidad. 

Para responder a esta pregunta Hoffman se remonta a los albores de la época moderna. Expone su teoría de cómo Europa fue creciendo hasta conseguir el puesto de hegemonía en el mundo. De cómo pudo superar a los demás continentes del mundo y por qué estos quedaron rezagados, se centra sobre todo en los estados euroasiáticos.

En primer lugar identifica los factores que impulsaron a Europa a esta situación como estos:

-La tecnología de la pólvora: antes de la revolución industrial los europeos ya poseían la más avanzada tecnología de la pólvora. Así lo corroboran historiadores militares (como Geoffrey Parker) ya que desde el siglo XVI los expertos europeos en armas de fuego eran contratados por las potencias mundiales y exportaban armas y artillerías a todo el mundo.

-La competición: los estados europeos eran más competitivos que los euroasiáticos. Es decir llevaban a cabo más guerras.  Las razones por las que cometían eran: la expansión territorial, la defensa de la fe (religión) y la gloria de la victoria. En otros lugares los incentivos militares no propiciaban la guerras.


A lo largo de su libro, el profesor defiende la teoría de que el dominio europeo vino dado por la competencia. Para explicarlo utiliza el modelo de la competencia. Básicamente este viene a decir que la competencia entre países que había en Europa provocó constantes guerras que hicieron avanzar a los países del continente, haciéndolos más poderosos frente a otros continentes y facilitando así su expansión. Esto se debía, entre otras cosas, a que habían perfeccionado las tácticas de combate y habían avanzado mucho más en el desarrollo de la tecnología de la pólvora.
Para que la tecnología de la pólvora se desarrollara tenían que darse según Hoffman, las siguientes condiciones: 
1-Que los gobernantes tuvieran que afrontar pocos obstáculos para desarrollar las innovaciones.

2-Que se empleara la tecnología de la pólvora en las guerras que surgieran. Cosa que por ejemplo en Eurasia no ocurría dado que allí las guerras se libraban sobre todo con los nómadas y tenían que usar armas más rudimentarias como arcos y flechas quedando al margen la pólvora.
3-Que los costes de ir a la guerra fueran menores que la recompensa.

4- Y por último, era necesario que se dieran situaciones de guerra a menudo. Y para que esto ocurra, según Hoffman era necesario que tuvieran lugar estas condiciones:

a) Que los gobernantes de ambos bandos afrontaran constes políticos similares de movilizar recursos. Pues si a uno de ellos le suponía mas esfuerzo ir a la guerra el otro tendría más posibilidades de ganar, por lo  tanto abandonaría el intento de guerrear llegando a un acuerdo pacífico.
b) Que los costes fijos de establecer un sistema fiscal y un aparato militar fueran inferiores a la recompensa de ir a la guerra como he comentado antes.

c)No pueden haber grandes diferencias en el tamaño de los países de los contendientes, o en sus economías, o en sus capacidades de endeudamiento (dado que un país pequeño con gran capacidad de endeudamiento puede enfrentarse a otro más poderoso económicamente, debido a que puede pedir créditos que le ayuden).

Estas situaciones se daban en Europa debido a que al ser una zona más belicosa, sus habitantes estaban más acostumbrados y concienciados para ir a la guerra.  Por lo tanto los costes políticos no eran muy elevados y los costes de hacer un sistema fiscal y un ejercito también se reducían muchísimo, pues las infraestructuras ya existían de las guerras anteriores. A demás al haber habido tantas guerras, el continente estaba muy fraccionado en Estados de similar tamaño. Se fraccionaban debido a que como muchos de los monarcas al frente de los Estados tenían relaciones de parentesco entre si, no eran ejecutados y despojados de sus territorios, sino que se le quitaba una parte.


En el caso de Eurasia no se cumplían estas condiciones.En china las corrientes ideológicas como el confucianismo, que condenaba la guerra; la evolución del pueblo llano, que entendía la paz como un regalo; y la homogeneización del pueblo que promovió el estado, mantuvo unido al pueblo en un ambiente pacífico. En Japón la unificación del imperio bajo el shogunato Tokugawa supuso dos siglos de paz tras los cuales fue muy difícil cambiar la mentalidad de las élites. En el imperio otomano el coste de movilizar los recursos era muy superior debido a la falta de tierras del emperador para recompensar a sus generales y la autonomía de los jenízaros, que formaban su infantería. En Rusia el único impedimento era su enorme atraso económico e India no pudo crear sistemas fiscales efectivos ni movilizar recursos a gran escala.

Así Europa consiguió situarse en una posición ventajosa con respecto al resto del mundo en el avance de la tecnología de la pólvora. Y Este desarrollo continuo de la tecnología (el desarrollo de la tecnología de la pólvora se extendió a otras tecnologías) trajo consigo la industrialización de los países cuando las guerras cesaron. Lo cual favoreció la situación dentro del continente. 

Pero por otra parte, tanto a la expansión europea de las épocas de guerra como la industrialización que permitió una mejora de la situación económica y permitió la expansión comercial del continente europeo, perjudicó a los países de fuera de este. 

La mayoría de veces que hablamos de las consecuencias de la industrialización hablamos siempre de las ventajas que conlleva para los países industrializados. Pero no nos paramos a pensar en lo que ocurre fuera de estos países. Las consecuencias que tuvo el desarrollo de la industria para los países externos a Europa no fueron tan favorables. De ello nos habla el experto en el estudio de la globalización, Jeffery G. Williamson. De su libro Comercio y pobreza . Libro que recomiendo a todo aquel que al que interese este tema. Explica muchas de las consecuencias que supuso el que Europa se industrializase y expedientara la expansión del comercio. Acercándose así mucho más a al explicación de a que se debe la situación del mundo hoy día. 


En él, el profesor Williamson explica como el aumento del comercio mundial condujo a una la divergencia entre los países ricos y pobres (entre comienzos del siglo XIX y la Primera guerra mundial), la cual fue creciendo y dio lugar a estos países tercermundistas mediante un proceso de desindustrialización. En el libro el profesor explica su teoría de la relación que existe entre la globalización y la pobreza, relacionando los hechos pasados que dieron lugar a esta situación actual de desigualdad. 

De modo que la expansión comercial erupoea no trajo más que desgracias para los países más pobres incrementandose así la divergencia entre ricos y pobres. Es decir cada vez los ricos son más ricos y los pobres son más pobres. Esta es una situación de abuso que habría que impedir para una mejor situación del  mundo.